Aromaterapia en Fuenlabrada
Descubre el Poder de los Aceites Esenciales

Aromaterapia con Aceites Esenciales: Historia, Efectos y Usos
La aromaterapia implica el uso de aceites esenciales de plantas aromaticas para propositos emocionales o fisicos. Al igual que muchas otras disciplinas concernientes a la salud integral de los humanos, la aromaterapia ostenta particularidades tanto de medicina moderna como tradicional. Tras beneficiar la mayoria de enfermedades que se consolidan alrededor del estres, tambien puede ayudar a recuperarse en ciertas enfermedades. Aqui tratamos la evolucion y el uso de la aromaterapia, los efectos de esta ultima y los metodos de su uso.
¿Qué es la aromaterapia y cuáles son sus beneficios para el cuerpo y la mente?
La aromaterapia es una forma de tratamiento medicinal complementaria que incluye la inhalación o la aplicación tópica de aceites esenciales destilados de diferentes plantas para obtener beneficios terapéuticos. Los aceites esenciales perturban el organismo son sus propiedades psicotrópicas, es decir la distorsión de la percepción, la conciencia y el pensamiento. La aromaterapia ha demostrado ser benéfica para la salud emocional y física. En la historia, la implementación de sustancia natural en medicina ha sido probada y verdaderamente practicada dentro de la población, la medicina moderna y los descubrimientos científicos han probado cómo realmente contribuye al bienestar del ser humano. Algunos principios activos son más famosos que otros; la lavanda se conoce por ser relajante y la menta por ser energética y refrescante. Cuando las personas son capaces de acceder a estos recursos, vemos mejoras en los niveles de estrés y desinflamación de múltiples enfermedades.
¿Cómo afectan los aromas a nuestro bienestar emocional?
Todos sabemos que ciertos aromas pueden desenterrar vivencias o emociones e incluso influir en el estado de ánimo en cuestión de segundos. Bajo estas condiciones, algunos olores, llamados fragancias, se convierten en un conducto para “viajar” a algunos pasajes de su vida. Los aceites de citronela, naranha o limón, por ejemplo, elevan el estado anímico; esto es la aromaterapia. Los aceites de sándalo y geranio alivian la ansiedad e irritación. La medicina recomienda inhalar aceites esenciales para reducir el estrés, conciliar el sueño o mejorar el bienestar emocional porque influyen directamente en la salud psicológica. Es que radicalmente actúan directamente sobre el bienestar emocional; esto sucede porque los olores colorean la atmósfera mental cuando se difunden, y demuestran estados deseados de tranquilidad y relajación.
¿Qué tipos de efectos terapéuticos ofrece la aromaterapia?
Muchas terapias con aceites esenciales de plantas aromáticas han sido validadas tanto por el cuerpo médico tradicional como por la investigación científica moderna. Estos aceites pueden tener un efecto antiinflamatorio, antiséptico, analgésico, expectorante, sedante y depurador y, a menudo, mucho más. El proceso de destilación que produce estos aceites esenciales energiza las propiedades curativas inherentes a las plantas aromáticas, haciendo que sus efectos sean más pronunciados. Ejemplo, en el caso de los masajes con aceites, los efectos de la absorción dérmica se combinan con los efectos terapéuticos calmantes de la sensación táctil.
¿Por qué la aromaterapia puede mejorar nuestro estado de ánimo?
La explicación radica en el impacto de la aromaterapia; Los humores pueden “neutralizarse” y “contagiarse” mediante la intervención directa de los compuestos químicos naturales de los aceites esenciales en nuestro cerebro. Los minutos posteriores a la inhalación de los compuestos aromatizantes ven cómo el sistema límbico, responsable de las funciones emocionales y, en este caso, de la memoria, hasta el comportamiento instintivo, juega un rol predominante. En las dos dimensiones mencionadas, está la causa de que la bergamota tenga un efecto calmante general; por un lado, y el perfume sutilmente elevadamente cítrico de otros aceites es instantáneamente; en este caso, su racionalidad se halla en la capacidad de desencadenar estados de ánimo. Los emisores que tienen lugar en las reacciones aromáticas experimentadas pueden funcionar como moduladores o estabilizadores del estado natural de fisiológico y psicológico. Porque el olor potente y medio se convierte en un somnífero mientras toma una siesta con lavanda o manzanilla en el diffuser. Pero intercambiar mentol y, en su versatilidad, se obtiene relajación y un renombre superior alistado para la cabeza pensante cuyo trabajo realiza. Esta “descomposición doble” de los aceites esenciales es, por lo tanto, reguladora y clara de nuestros estados emocionales, aportando un potencial significativo a la aromaterapia para el manejo del estrés y la ansiedad diaria y, por supuesto, como adyuvante del Ungüento en cuencos de depresión leve, siempre con la orientación de un profesional de la salud. La sinergia entre diferentes aceites esenciales potencia la creación de “sinergias”, lo que maximiza su efecto multidimensional sobre el estado de ánimo de una persona según sus necesidades.
¿Cuál es la historia de la aromaterapia y cómo ha evolucionado hasta nuestros días?
La aromaterapia se remonta a hace más de cinco mil años, se encuentra relacionada con los usos medicinales de las plantas por parte de las antiguas culturas que increíblemente ya utilizaban las plantas por sus propiedades curativas. Aunque el nombre “aromaterapia” es de tiempos contemporáneos, la idea de utilizar efectivamente aceites esenciales y substancias aromatizadoras a la terapia y medicina tiene fundamentos argumentales muy profundos. Contextos egipcios, chinos e indios documentan el uso de las plantas. De estas regiones además se reconoce su valor junto a otras naturales. A través de los años la extracción y uso de los aceites esenciales fue evolucionando. Se comenzaron usando métodos de maceración que fueron superados por la destilación por los alquimistas árabes. Aromaterapia en su historia nos indica que a lo largo de los años se ha ido cambiando conforme los seres humanos van descubriendo nuevas plantas con propiedades curativas.
¿Cómo utilizaban los aceites esenciales las antiguas civilizaciones?
Las civilizaciones ancestrales fueron las primeras en descubrir y usar los beneficios curativos de los aceites esenciales de plantas aromáticas. Los egipcios son considerados, por muchos, los primeros en dominar el uso de la aromaterapia, pues incluían aceites esenciales en actos de embalsamamiento, religiosos y en tratamientos medicinales. En sus papiros médicos, como el de Ebers, se han encontrado muchas recetas de amulares de diversos aceites para diferentes dolores. Los antiguos griegos también tuvieron sus orígenes en Egipto, pero fueron más allá; el padre de la medicina, Hipócrates, registró el uso terapéutico de diversas sustancias aromáticas. Enseñó que las adiciones al baño y el uso de incienso como parte de la aromaterapia eran eficaces en el tratamiento de enfermedades. En la época romana, el uso de aceites esenciales comenzó a expandirse a la región. Se hizo común el uso de lavanda en saunas, pues estas habían sido comprobadas como antisépticas y relajantes. Más al este, las dos potencias civilizacionales, la china y la india, cruzaron pasajes estos aceites en su medicina tradicional Ayurveda, donde cada aroma tenía una readaptación con efectos basados en la energía.
Observar cómo estas culturas, sin acceso a tecnología moderna, idearon medios efectivos para extraer aceites esenciales, empleando técnicas como el prensado en frío para frutas cítricas y la destilación primitiva para otras plantas aromáticas, es simplemente fascinante.
¿Quiénes fueron los pioneros de la aromaterapia moderna?
La aromaterapia moderna debe su desarrollo científico a varios pioneros visionarios que redescubrieron y sistematizaron el uso terapéutico de los aceites esenciales. Un químico francés, René-Maurice Gattefosse, acuñó el término “aromaterapia” en 1928 después de que accidentalmente descubrió las propiedades curativas del aceite esencial de lavanda al quemarse la mano en el laboratorio y, por instinto, sumergirla en un recipiente con el aceite, lo que sanó notablemente rápido. Este accidente lo llevó a investigar más a fondo las propiedades terapéuticas de varios aceites esenciales y a publicar múltiples tratados sobre el tema. Otro pionero importante fue el médico francés Jean Valnet, quien documentó el uso de aceites esenciales para soldados heridos durante la Segunda Guerra Mundial, cuando había escasez de antibióticos, documentando meticulosamente sus efectos antimicrobianos. Una bioquímica austríaca, Marguerite Maury, transformó el uso de los aceites esenciales al introducir el concepto de su aplicación a través de masajes personalizados, teniendo en cuenta la condición física y mental de cada individuo.
El aromaterapeuta Robert Tisserand, en la segunda mitad del siglo XX, imprimió un gran impacto en la difusión mundial de la aromaterapia, publicando su libro “The Art of Aromatherapy” en 1977, donde formulaba recomendaciones sobre la investigación científica de los aceites y su uso seguro, marcando la cita para el uso de aceites esenciales. Sin duda alguna, estos visionarios comenzaron la transformación de la práctica tradicional de aromaterapia con aceites esenciales en una legítima especialidad científica.
¿Cómo ha cambiado el uso de los aceites esenciales con el tiempo?
A lo largo de la historia, el uso de aceites esenciales principales ha cambiado de manera significativa. Su origen, ligado a la medicina y los rituales arcaicos, ahora es una práctica científica. En la antigüedad se creía que los aceites esenciales eran unos de los bienes más preciados y esos reservados para la nobleza; el uso de pieles y metales también estaban sujetos a este proceso. En Europa su uso era extremadamente poco por la dificultad en su elaboración. No obstante, durante la Edad Media, los alquimistas árabes realizaron un gran avance en los métodos de destilación, y fue ahí donde la medicina europea realmente se revolucionó. Sin embargo, la mayor contribución a los aceites esenciales fue durante el siglo XX cuando la ciencia empezó a estudiar los compuestos y validar las propiedades que se le atribuía. Hoy en día, usando armas más avanzadas de análisis con cromatografía y espectrometría de masas se pueden identificar los compuestos químicos en cada aceite esencial. En la actualidad, el uso de aceites esenciales se ha expandido mucho a usos médicos, cosméticos e incluso en ambientadores.
El uso de difusores ultrasónicos y de nebulización ha cambiado la manera en que millones de personas disfrutan de la aromaterapia en casa. No obstante, el crecimiento de su uso también ha traído consigo el reto de la adulteración de productos y la falta de sustentos, lo que hace más importante que nunca la educación sobre el uso seguro y efectivo de los aceites esenciales.
¿Cómo aplicar la aromaterapia con aceites esenciales correctamente?
La aplicación efectiva de la aromaterapia con aceites esenciales requiere respeto, maestría precisa y conocimiento de estas potentes sustancias naturales. Para obtener los máximos beneficios de la aromaterapia, es crucial observar que los aceites esenciales son compuestos altamente concentrados que requieren un manejo cuidadoso. Cada método de aplicación—ya sea la inhalación, el masaje o los baños aromáticos—ofrece diferentes efectos terapéuticos y tiene consideraciones específicas propias. Debido a la fuerza de estas sustancias botánicas, lo mejor es combinarlas con aceites portadores como el aceite de almendra, jojoba o coco antes de ser aplicados directamente sobre la piel. Otro aspecto igualmente importante concierne a la calidad de los aceites esenciales: para garantizar sus propiedades terapéuticas, es recomendable utilizar aceites esenciales orgánicos 100% puros cuando sea posible, de proveedores reputables que realicen pruebas de calidad y proporcionen información detallada sobre la fuente y los métodos de extracción de sus productos. En la aromaterapia práctica moderna, el objetivo es encontrar un equilibrio entre la evidencia científica emergente y la sabiduría ancestral para desarrollar protocolos seguros y efectivos que sean fáciles de incorporar en la vida diaria.